Apología al feminismo

      Hace unos días vi un video que me llamó la atención, porque era una chica que -de acuerdo al amarillista título de este- "destruía" el feminismo en aproximadamente 3 minutos. Aplaudo la iniciativa que ella tuvo al describir situaciones que violan los derechos de los hombres en EEUU y Canadá. Aplaudo también que haya descrito lo que al parecer le han vendido que es el feminismo, y aplaudo que haya establecido sus puntos contra ese "feminismo", porque al hacerlo, y sin darse cuenta, está de hecho describiendo lo que el feminismo es. 
      No voy a hacer un recuento histórico de cómo nació el movimiento político del feminismo, ni sus implicaciones en el entorno social de la época en que surgió, porque me interesa más concentrarme en el hoy. Ella da estadísticas de buena parte de Norteamérica, pero parece ignorar que el mundo es más que esa región del hemisferio norte occidental. Parece ignorar que en otras partes del mundo, cientos de mujeres sufren todavía bajo la opresión (y en este caso puede bien usarse esa palabra) de una autoproclamada autoridad masculina basada en libros profundamente malentendidos y distorsionados. Ignora, evidentemente, que los números no hablan a favor de los hombres, precisamente, cuando de tráfico humano y sexual se trata. Parece ignorar los cientos de asesinatos que ocurren en el mundo entero, que tienen como único móvil el sexo de la víctima: porque no correspondió a avances masculinos, porque decidió que ya no quería seguir con su pareja, porque engañó, porque violó esa sagrada ley de exclusividad que solo es susceptible de ser violada por el hombre; y entonces sale con estadísticas como la violación que sufren los hombres en prisión por parte de otros hombres, el maltrato que sufren los hombres en contexto doméstico, que de acuerdo a los datos que tiene representan "casi la mitad de víctimas en EEUU y Canadá". No pongo en duda la veracidad de ellos, pero... vamos, hablamos de supremacía de sexos, ¿no? ¿De qué manera dominan las mujeres a los hombres cuando éstos son violados por otros hombres? ¿Por qué tendría el feminismo que cargar la responsabilidad de que los hombres se avergüencen a la hora de denunciar los abusos que reciben por parte de su cónyuge femenina? ¿No han sido acaso los mismos hombres los que han vendido una imagen propia de fuerza, invencibilidad e invulnerabilidad que les juega en contra cuando estas situaciones se presentan? La ley está ahí y en teoría defiende a toda víctima, sin importar su género sexual. Pero si no se hace uso de ella, no es ella quien va a venir a hacer valer los derechos de los abusados. 
     Insinúa también que nos aprovechamos de que podemos conseguir un trabajo en el gobierno o en el ejército, aún sin estar calificadas, solo para cumplir con un "requisito de igualdad", y afirma que recibimos con más facilidad un cupo en una universidad, que si fuéramos un hombre, insinuación que hallo ofensiva y alejada de la realidad de lo que las mujeres hemos buscado, buscamos y seguiremos buscando gracias a lo que el feminismo ha hecho por nosotras. Si nos conformáramos con eso, mejor sería volver al estado en que se encuentran las mujeres en el Medio Oriente, para no jugar al teatro de que tenemos iguales privilegios, cuando en realidad se nos considera como un ser inferior al que, por ser inferior, hay que concederle ciertas ventajas.
Atenea, diosa griega equiparable a los dioses griegos. 

      Finalmente, afirma que si una mujer acusa a un hombre de acoso sexual y violación, va a ser más creída que si un hombre lo hace. Pero quizá no ha visto las noticias de eventos universitarios ocurridos allá en su país, en los cuales han desestimado las versiones de mujeres que afirman haber sido violadas por hombres y no les creen, y lo que es peor, son descalificadas pública y abiertamente, no solo por los que les rodean, sino por las mismas autoridades. Es el estigma de "tú provocaste", en el cual la mujer es la culpable de que un hombre haya abusado de ella porque le sonrió, porque fue amable, porque su falda era muy corta, o porque coqueteó con él y de una vez se le asocia a una conducta propia de prostituta (con el perdón y el respeto que las prostitutas merecen). Esclarecedora de este tipo de casos es la película M.F.A que tan crudamente retrata la experiencia vivida por una estudiante universitaria en una sociedad en la cual es mejor quedarse callada, y donde no importan los cientos de refugios que la chica del video menciona existen en EEUU para proteger a mujeres víctimas de abuso sexual. 

Todos los hombres son privilegiados. Todas las mujeres son oprimidas.

     El hecho de que en una parte del mundo esto no parezca ser así, de ninguna manera desaparece la realidad de que en vastas regiones como África y Asia las mujeres sean individuos de segunda categoría, y que en América Latina sus libertades tengan un límite, todo lo cual es un tipo de opresión. 
     Como mujeres hemos alcanzado visibilidad, y esto es importante entenderlo, porque la visibilidad no necesariamente es igualdad. La visibilidad nos da una voz para protestar contra las cosas que no son justas, pero no hace que las reglas del juego cambien para que lo que es injusto deje de serlo.   
    La visibilidad ha permitido que asuntos que antes se daban por correctos aunque atentaran contra los derechos de las mujeres como seres humanos, ahora se puedan denunciar y se puedan pelear, aunque los órganos supuestamente imparciales que rigen la justicia caigan en la indiferencia. 
     La visibilidad ha permitido construir esta imagen ficticia (que muchas chicas poco informadas creen que es real) de que la mujer está buscando imponerse al hombre, y que en muchos casos lo ha logrado cuando consigue que la sociedad la proteja, le conceda "beneficios" y "ventajas" que inclinan la balanza a favor de ella y en contra de los hombres. 
      La visibilidad es la que le ha puesto pantalones a la mujer, le ha permitido salir a trabajar y poder valerse por sí misma, dejando así de depender de un hombre para subsistir, le ha empoderado para que reconozca en ella un ser humano con tantos derechos y obligaciones como un hombre, pero... la visibilidad no ha cambiado las reglas del juego. Y lo sabes por esa maravillosa arma delatora que es el lenguaje: si se le echa una somera ojeada a algunas expresiones cotidianas donde se quiera describir a una persona cobarde o débil, siempre encontrarás alguna referencia a lo femenino, por no decir que directamente a la mujer. 
      La verdad es que las reglas del juego las hizo el hombre para el hombre, y aunque ha cedido ciertos espacios a su compañera,  en el fondo estas reglas del juego siguen sin reconocer en su compañera a una igual, sino a una inferior, cuando no a una subordinada.
      No podemos culpar al feminismo de las últimas generaciones por reproducir lo que siempre ha conocido: opresión. Es difícil conseguir la equidad en un mundo que tiene siglos construyéndose sobre la inequidad. 
      A modo de cierre, retomo ciertos puntos que ella plantea en las razones por las cuales se opone a eso que conoce como feminismo: 1- Ambos géneros deberían ser tratados igual. Sin embargo siglos pesan sobre la balanza de la injusticia en contra de la mujer, pero una vez más, no me centraré en el pasado, bastará con echarle una mirada a las estadísticas globales del presente para sacar las conclusiones respecto al hecho de que ambos géneros NO son tratados igual. Ante esa realidad el feminismo ha alzado y sigue alzando la voz. 
2- Los problemas de ambos géneros deberían ser tratados por igual. El asunto aquí es que lo que resulta un problema es el de la opresión histórica, pasada y presente, de las mujeres por parte de los hombres. Basta con echar una ojeada, nuevamente, a las estadísticas para ver con notable claridad que, por ejemplo, en Estados Unidos, desde el año 1998, de acuerdo a The Huffintongpost, se han reportado 17 millones 700 mil mujeres que han sido víctimas de violación, contra 2 millones 780 mil hombres que han estado a punto de ser abusados o han sido abusados completamente. No es que 2 millones no importen, pero la diferencia abismal de 14 millones 920 mil deja claridad respecto a cuál grupo resulta más vulnerable que el otro. 
Nameless

3- Es inaceptable que te den un empleo en el gobierno y en el ejército solo porque ellos tienen que cumplir con una cuota de igualdad. Eso no es igualdad, es una forma sutil de discriminación y tolerancia que en el fondo encubre que no nos consideran merecedoras de ganarnos eso por nuestro propio esfuerzo porque creen que no podemos. Ella quiere poder esforzarse por ganar lo que tiene sin que nadie se lo regale, y desde tiempos remotos en que el feminismo empezó a alzar la voz, ese fue el principal motor que movilizó a cientos de mujeres a arriesgar sus vidas por la oportunidad de ser consideradas iguales. 
4- Las feministas han creado un mundo de sexismo contra los hombres; y aquí es importante hacer una distinción, porque eso que ella conoce como feminismo  no es sino una deformación normal y humana de algo que en un principio y en cuya esencia, la igualdad es la premisa. Como escribí más arriba, es muy difícil encontrar la equidad en un mundo que se ha construido sobre la inequidad. Siempre se corre el riesgo de perderse en aquello contra lo que se lucha y convertirse en eso, por ese loco propósito de correr de algo que también está dentro de nosotros. 
     Queremos vivir en un mundo equitativo y de igualdad: estoy plenamente segura de que las mujeres que nos hemos abanderado en los logros del feminismo queremos eso también. La lucha de la chica en cuestión no es solo su lucha, es también, y paradójicamente aunque ella se defina como No feminista, la lucha de las feministas. 

La lucha de las mujeres por las mujeres. No contra los hombres, no para ser más que los hombres, sino para apoyarnos y luchar para que las reglas del juego cambien de una vez por todas. 

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