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Mostrando entradas de julio, 2012

De esas cosas que tienes que construir día a día.

Pienso en el malestar que tenía hace unos días. Estaba llena de preguntas, de por qué’s, de para qué’s. Por un momento tuve la tentación de sentirme molesta conmigo misma por estar así cuando días atrás estuve tan estable, tan chévere. Existe un hecho con las separaciones y con todo el dolor que ellas dejan detrás: la recuperación se construye día tras día. Es un trabajo de aceptación, y se requiere fuerza para aceptar que lo que era ya no es, de modo que es un trabajo de fuerza. Pensaba en el hecho de que había conseguido un poco de tranquilidad al llegar a una concesión donde me consolaba; pensaba en la compañía que tuve y me lamentaba no tener esa compañía en ese momento en que me sentí tan mal. Pero me fue necesario aprender que la compañía externa no siempre va a estar, y entonces toca echarle una valoradita a la compañía que nos hacemos nosotros mismos. Por otro lado también he aprendido que preguntarse una cantidad de cosas no sólo No traerá tranquilidad ni alivio —por el ev

De cómo el existencialismo surge en el esquema literario occidental de principios del siglo XX.

Se ha revisado en las secciones anteriores, la ruptura de los esquemas y patrones artísticos-literarios del siglo XIX con los del siglo XX, y cómo éstos responden principalmente al cambio que se da en el hombre y a su búsqueda incansable. En este estadio del pensamiento del hombre, cuando se deja atrás una etapa y otra se abre, hay una fuerte tendencia al nihilismo, y éste cobra fuerzas en el surgimiento del Existencialismo como postura filosófica ante la vida, y esta postura filosófica llega hasta los ámbitos de la literatura y produce dos obras sobre las que se reflexionará en los siguientes párrafos: La náusea de Jean Paul Sartre y El extranjero de Albert Camus.  No siempre la presentación de lo cotidiano mediante formas innovadoras, es la característica principal de la literatura del siglo XX en relación a su diferencia con la decimonónica. Como ya se ha escrito más arriba, hay tantas manifestaciones literarias como características personales de los escritores. La deform

De cómo el hombre vuelca la mirada sobre sí mismo.

Aunque mantienen una relación precaria con la ficción como elemento principal de la literatura, los autores del siglo XIX son vehementes en la insistencia de los defectos del orden social. Asimismo insisten en la decepción, todavía incipiente, del hombre ante una promesa de progreso que ha derivado en la alienación del hombre, la reducción de éste a esquemas, lineamientos, convenciones sociales y a una conducta intachable. La contradicción que se produce de coartar la libertad que el hombre ha adquirido a precio de sangre y vidas inocentes, y que, paradójicamente, se ha vuelto la principal causa de sus restricciones, puede observarse en los personajes anómicos que protagonizan las grandes obras del siglo XIX: Madame Bovary, Werther, el doctor Victor Frankenstein, Dorian Grey, y cómo éstos no pueden ceñirse a las reglas, cómo hay algo en ellos que no está bien, que pasa los límites impuestos por las convenciones sociales, por la moral, por la ética. El hombre poco a poco deja de bus

De cómo Literatura y Ficción no parecían estar emparentadas.

En la entrada de hoy escribiré un poco acerca de un cambio en el paradigma de la literatura occidental que me fascina increíblemente: se trata del paso de la literatura occidental europea del siglo XIX al siglo XX, con todos sus cambios, variaciones, reformas; en otras palabras, la literatura en el siglo XX se reinventa totalmente respecto a lo que vino siendo durante todo el siglo XIX. Comenzaré describiendo grosso modo  una tendencia generalizada de la literatura occidental europea en este siglo. La literatura producida a lo largo de buena parte del siglo XIX estuvo fuertemente influenciada por los descubrimientos y avances tecnológicos de la época. Fueron estos años los del auge de las ciencias naturales, físicas; nace en el hombre occidental europeo del siglo XIX la inquietud de explicar todo lo que ocurre a su alrededor mediante métodos lógicos y racionales. La racionalidad es, entonces, elemento clave para entender este período de la historia. Las manifestaciones artísticas n