De esas cosas que tienes que construir día a día.
Pienso en el malestar que tenía hace unos días. Estaba llena de preguntas, de por qué’s, de para qué’s. Por un momento tuve la tentación de sentirme molesta conmigo misma por estar así cuando días atrás estuve tan estable, tan chévere. Existe un hecho con las separaciones y con todo el dolor que ellas dejan detrás: la recuperación se construye día tras día. Es un trabajo de aceptación, y se requiere fuerza para aceptar que lo que era ya no es, de modo que es un trabajo de fuerza. Pensaba en el hecho de que había conseguido un poco de tranquilidad al llegar a una concesión donde me consolaba; pensaba en la compañía que tuve y me lamentaba no tener esa compañía en ese momento en que me sentí tan mal. Pero me fue necesario aprender que la compañía externa no siempre va a estar, y entonces toca echarle una valoradita a la compañía que nos hacemos nosotros mismos. Por otro lado también he aprendido que preguntarse una cantidad de cosas no sólo No traerá tranquilidad ni alivio —por el ev...