Carta a un profesor de influencia nefasta
Ejercitarse en el encuentro con quien uno fue de niño es muy duro, pero es muy liberador también. Te permite entender mucho de tu presente y de las sombras que te atormentan. En mi caso, como docente, es mucho más poderoso porque existió una figura docente que en mi infancia me marcó de una manera irremediable. Nuestra niña interior tiene mucho qué decirnos en el presente - Imagen de Alexa en Pixabay Hoy puedo agradecerle lo que hizo. Hoy puedo reconocer que sin ese rastro en mi vida no sería la profesora que soy en la actualidad; es más, seguramente ni siquiera me habría apasionado tanto por la docencia. Ahora bien, aunque es bueno agradecer, también es bueno interpelar al que te dañó, como un ejercicio de liberación. Por eso hoy comparto contigo este ejercicio y te invito también a realizarlo, porque es muy esclarecedor para el entendimiento integral de una, como ser humana, la revisión de quienes fuimos de niños. Aquí, mi carta a un profesor de influencia nefasta: Al profesor Rica